Una vida de celebración

Video: Resurrrection Sunday Dance, Budapest, Hungary


Cae la tarde del domingo de Pascua. La belleza del otoño se magnifica en un sol sin límites e intensamente cálido, turbado de a ratos por una brisa pequeña que juega en el aire.
Las cálidas  hojas se funden en una paleta de amarillos y naranjas que juegan en el viento. La ciudad desierta es un lujo para el alma. Silencio...
La calandria ha vuelto a  mi jardín y su canto increible adorna este domingo de celebración.
El tiempo y la naturaleza festejan el Autor de la Vida.
Una tumba vacía completa la sinfonía de otoño en este día perfecto. En el aire dulce  respiro tu vida mi Señor.
Hoy celebramos tu vida a lo largo del mundo. . Vida que dió vida y resucitó todas nuestras muertes. Vida que  triunfó en todas nuestras batallas.
Celebro tu vida Jesús, que cautivó la mía....




Lunes otra vez. La ciudad recupera su ritmo alocado, la terminal aún es un caos. Incendios por aquí, inundaciones por allá, y tormados más allá, el mundo sale del festejo para volver a la realidad.
Decido seguir honrando la vida y reconocer que mi Señor vive, sobre toda esta complicada existencia y desde los valores más simples  y olvidados sigue  hablándome y llamándome a El mismo.
El águila grita desde  temprano volando las corrientes del otoño. Y me pone  sobre aviso que la semana comienza.  Entreno mi brazo y mi armadura según Efesios. Levanto el escudo de la fe, la espada de la Palabra de Dios y  me  pongo el yelmo de la salvación, y el calzado del aevangelio  de la paz.   Me ciño con la verdad, me protego con la coraza de la justicia, pero por sobre todo, me pongo al amparo del bendito Amor que prolongó mi vida.
Si hasta aquí nos acompañó Dios  podemos estar seguros que mañana también lo hará.  Si tan solo, lo amo con todo mi ser y guardo Su Palabra, que dejó con profundo amor  tan solo para mi bién.
Es tiempo de avanzar, es tiempo de sembrar, es tiempo de crecer, de no detenerse, de no dejarse vencer por las oscuras nubes. Es tiiempo de seguir celebrando cada día,  y contar las bendiciones en vez de los problemas.
"Grande es el Señor y digno de toda alabanza;
su grandeza es insondable.
Cada generación celebrará tus obras, 
y proclamará tus proezas.
Se hablará del esplendor de tu gloria y majestad,
Y yo meditaré en tus obras maravillosas.
Se proclamrá la memoria de tu inmensa bondad,
Y se cantará con júbilo tu victoria"
Salmos 145 - NVI







Edición texto: Edith Gero
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