LA MELODÍA DE SEPTIEMBRE



La melodía de Septiembre se cuela por mi ventana.

Hay tantos espacios obscuros en los meses que van pasando, como si el año se fuera arrastrando al compás de un vals melancólico y decadente.

Me decía un amigo, “creo que nadie me entiende”, y yo le respondí, es raro que pase, pero cuando suceda…disfruta el milagro.
Al final hay almas que después de mucho intento finalmente bajamos las expectativas humanas y nos acurrucamos al lado de Dios. En silencio. En soledad. Con ese dolor de sabernos juntos y a la vez distantes. Pero aferrados. Y el pasa su mano por nuestra cabeza espantada por las pesadillas y no dice nada, su silencio es la comprensión más inmensa y más elocuente. Y eso lo aprendí hace poco.

Y Septiembre entra así con friecito por la puerta, con su canción desconocida, casi inaudible.

Y me rompo mucho sabes. Ya no soy la de antes. Tendrías que estar en mis chancletas para saber que se siente. Para entender que no siempre las fórmulas y las repeticiones funcionan como yo quisiera. Y aun así me lanzo al vacío de vivir cada dia. Dime que eso no es fe. Pero bueno, por ahí dicen que de los cobardes no se ha escrito nada, porque este mundo está lleno de fuertes y vencedores. Y uno que va atracito, haciendo lo suyo, lo que puede, pidiendo y orando ahí sin mucha algarabía y con pocas palabras, de nosotros tampoco se ha escrito nada. Porque nosotros somos los que escribimos. Solo que nuestras letras no se venden como pan caliente en las tiendas. Ya sabes. La gente prefiere otras historias. De esas que no dejan nada y no te hacen pensar ni te mueven el piso. En fin. Que no es fácil a veces encajar en los tumultos que tienen que cumplir con la buena vida. Porque nosotros vamos cuestionando y desenmarañando eso que llaman vida. A pura sangre y desgaste. Pero con la frente en alto. Aunque seamos los últimos en la fila y nadie nos vea.

La melodía de Septiembre es triste y con sonrisa de luna. Es un misterio.

Y como diría Marc Scibilia: “how bad we need each other…”. Que le vamos a hacer. Nos necesitamos.  A veces con desesperación y ahogo. Y es duro luchar contra la soledad. Porque nos necesitamos. Solo que este mundo está tan ocupado. Y vamos pasando entre la gente, por las calles repletas de rostros ausentes, y a veces pensamos…cuanto necesito un abrazo. Y se pierde el anhelo entre el ruido del tráfico. Y volvemos a casa. No queriendo que nos digan que hacer, o que decir, o adonde ir, o la receta de la vida felíz. Solo queremos un abrazo. Y poder llorar sin pena y sin temores. Y nos dormimos quien sabe a que hora, imaginando que Dios se sentó en nuestra cama a leernos un cuento. Y esperamos el próximo dia ser más fuertes, amar más, dar un pasíto más.

Es Septiembre. Y con melodía y un café está sentado en mi portal.

Fuente: Apuntes de una hija del café , una caribeña exilada en el norte .En corto. Este es el blog de una cubana/que a veces escribe/que toma mucho café/que le gusta la fotografía/que devora libros/que es amada por Dios/que no quiere ser perfecta/que vive en un mundo complicado/ni más ni menos.

Comentarios