Desde abajo.


"No se construye una casa desde el techo".
Se construye desde abajo. Y abajo es desde los cimientos. Y para plantar los cimientos hay que primero quitar todo lo construido que está carcomido y no servirá para sostener paredes nuevas, porque.... ¿recuerdas lo que decía Marcos?
que no se pone vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo rompe el odre viejo y se pierden ambos, el vino y el odre. El cimiento y la tierra dónde será plantado es lo menos visible y hermoso de una construcción, pero es lo que sustenta todo. Ni siquiera es lindo el panorama en que la tierra oculta y endurecida ve la luz al ser dolorosamente removida por las máquinas para que pueda recibir lo fundacional. Pero es un paso necesario.

Así que todo el proceso de construcción no depende ni de nuestra necesidad, ni de la urgencia, menos de nuestros sueños. Depende de empezar por lo correcto y saber respetar los tiempos. Y para hacerlo es mejor no perderse mirando los detalles de terminación como si le pondremos techo de teja o madera, sino ver lo primero. Hay que desvestir de sueños a la construcción, y ver si lo que resulta del choque entre lo deseable y lo posible puede pasar el ser despojado del packaging con que nuestra fantasía lo envolvió.

Aparte de mirar la tierra dónde plantaremos lo fundacional, también es necesario hcer cálculos previamente, no sea que ocurra que nos quedemos a la mitad porque no nos alcanze el dinero. Luego habrá que equipararse de lo necesario en conocimientos del tema, materiales, y herramientas. Y luego, empezar, uno a uno con cada ladrillo. La fase que seguirá pondrá a prueba la paciencia (porque la fe puesta a prueba produce paciencia, y la paciencia esperanza), y si nuestra esperanza sigue intacta y podemos seguir eligiendo construir cada día, estaremos bién.

Lo que es en lo natural es en lo sobrenatural y por todos lados en el Universo las leyes de Dios se repiten como los preciosos fractales.  Así que lo que es válido para construir una casa lo es para edificar una relación, reconstruir una vida rota, o darle un nuevo comienzo de algo.  Mientras tengamos vida podemos lograrlo y está en nuestra naturaleza hacerlo. Cómo el ave que una y otra vez reconstruye su nido destruido por los temporales, podemos empezar de abajo. Rama por rama, dejando atrás el miedo y el ruido del temporal, empezar  a constuir de nuevo. Y elegir cada día seguir adelante con lo que hemos determinado. Fiel es Dios y nos dará la fuerza para perseverar. No  nos cansemos de hacer el bien, de amar, y de construir.

Texto: Edith Gero
Imagen: Village Amalfi, Italia, by Banco de Imágenes Gratis

Comentarios

  1. Gracias por tu reflexiòn Edith ! Muy acertada en el momento de mi vida actual... hoy, dìa de la madre en latinoamèrica... a mis 54 años... despuès de "los temporales"... empezar a construir de nuevo..rama por rama... fiel es Dios y me darà la fuerza para perseverar...amèn!!! gracias Edith...

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