Ilusión - Desilusión = Saldo Residual


"Mientras no aparezca toda la verdad, la relación seguirá siendo una fantasía"

Es tan lindo ilusionarnos con algo... Nos permitimos viajar en el globo de la esperanza mientras el día se vuelve tibio, y por las noches alimentamos sueños que crecen y crecen.Y nuestra fantasía vuela tanto que a veces creemos que porque lo hemos pensado, ¡existe!.
El inicio de toda relación humana ya sea filial, de amistad o de pareja está envuelta en fantasía.
  Y mientras la ilusión pinta su propio mundo de colores tan mágicos como irreales, la mayoría de la fuerza y fe que tenemos en la relación se deposita no en algo que conocemos y nos hemos determinado a sortear, sino en una ilusión.
Queremos que eso sea posible, y tal como lo deseamos.
Lo que domina en ese tiempo, es la necesidad postergada y los viejos anhelos. Erroneamente plantamos el cimiento de la relación en torno a nosotros mismos, y nuestras necesidades e ignoramos al otro salvo para pintarlo del color de nuestros anhelos.
Fantasía...
Es un tiempo en que decidimos, prometemos y nos enbarcamos en cosas  de las que luego deberemos volver atrás la mayoría de las veces . El imprescindible choque entre lo ilusorio y lo real, agregado a lo posible traerán un lógico período de adecuación a la verdad.
Ahora, este período de adecuarse a la realidad sería mas rápido y menos doloroso si fueramos sinceros de entrada. Si -como se dice en el juego- pusiéramos todas las cartas sobre la mesa.
Pero casi nunca ocurre así.
Entonces la realidad es que sólo estamos mostrando una máscara elaborada de lo que somos. Y luego tenemos miedo de sacárnosla, creyendo que el otro no nos querrá sin ella. Y en cierta medida hemos "vendido una fantasía".
Qué curioso es el ser humano, le tiene más miedo a la verdad que a la mentira. Aunque todos sabemos que la verdad liberta y la mentira nos hunde. El riesgo es que muchos eligen el ocultamiento como algo definitivo, y nunca completan el paso entre lo ilusorio y lo real.
La mayoría de las relaciones se rompen frente a la verdad, y tal vez esto sea tan cruelmente certero como previsible y evitable. Es lógico que si el comienzo es una mentira la otra persona se sentirá traicionada al conocer la verdad, sentirá que ha entablado una relación con un desconocido. Y que ya no sabe si quiere continuarla con esa nueva persona.
Por esto, y por mucho más, es mejor ser uno mismo de entrada.

Y además entender, que la fantasía inicial y el período de quitarle al otro el papel de regalo son inevitables. Una verdadera relacion atravesará tales procesos, y establecerá con el otro una comunicación auténtica, dónde el otro vuelve a ser elegido, cada día, simplemente por que lo amamos.Tan humano, lleno de pasado y defectos como todos nosotros.
El amor real debe ser capaz de reelegir al otro más allá de ilusiones y fantasías y aún de esas cosas que tanto nos cuesta sacar. Una relación verdadera no debería estar en juego ni en la mesa de las discusiones ni de las ilusiones. Tampoco debería estar en juego a la hora de las verdades.
Debería ser más grande que todo eso, y su valor respetado.
Cuando frente al primer problema o desilusión nos echamos atrás solo mostramos nuestra propia incapacidad de superar las desilusiones y enfrentar nuestro papel en la relación.

Hay algunos factores que harán la transición posible con buenos resultados:
Respeto, amor que vuelve a elegir, ser honesto siempre, decir lo que sentimos.
El amor en todas sus formas es una elección a reiterar diariamente y una siembra por cuidar.

Imagen: Amazing Things
Texto: Edith Gero

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