A lección no aprendida...

     

     La muestra retrospectiva del MOMA (Museum of Modern Arts); tuvo un momento tan emotivo como inesperado...Y la vida es así, nos va tejiendo con aquello a lo que fuimos predestinados, y nosotros nos destejemos y nos vamos perdiendo. Pero la misma vida tiende a recolocarnos frente a lo que eludimos,  justo en frente del punto caído y corrido en el tapiz de los días.
Las relaciones hoy no duran, porque la gente no tiene capacidad de compromiso, no piensa arreglar las cosas, rompe, escapa. Sin embargo es en vano intentar sacar de la cabeza lo que no sale del corazón. Y aunque a veces se saca el tema en cuestión físicamente, el corazón sigue enganchado año tras año y la única forma de eludir eso es convertirse en fugitivo de uno mismo.
     Mala idea, a lección no aprendida, lección repetida.
     El corto que se reproduce abajo me conmovió profundamente, no sólo por la preciosa idea de buscar arte y belleza en un rostro, sino por todo lo que expresa. Nos perdemos de tantas cosas en la vida por no saber cerrar bien los procesos, o permitir que se abran los que nunca cerraron... Los dejo con una historia interesante, aclarando que aludo solo a este corto y no a la dura, difícil y bastante enferma relación que mantuvieron los protagonistas, cuyo final a hoy desconozco, pero como siempre está en cada persona decidir qué hacer cuando ya ha entendido algo para que las lecciones no se repitan indefinidamente.

EL AMOR DE TU VIDA, 23 AÑOS DESPUÉS
     La historia es simple y occurió hace tres años, pero muchos aún no la conocen: Marina Abramovic, una artista serbia, conoció a Ulay, un artista alemán en la década del '70. Luego de enamorarse profundamente y compartir unos años de vida juntos, decidieron ponerle punto final al amor que se tenían. Para esto, hicieron una "performance" (Abramovic es considerada pionera del arte performática -que incluye intervenciones corporales y participación con el público-) tan ambiciosa como espectacular: caminar la muralla china, uno desde cada extremo, para llegar a un último abrazo de despedida.
     Pasaron 23 años desde aquella performance. Marina estaba en el Moma (Museo de Arte Moderno de los EstadosUnidos) realizando "El artista está presente": una exposición donde ella miraba durante un minuto al espectador.Luego de mirar a varios espectadores, el mismísimo Ulay se sentó frente a ella. 23 años después. La reacción de ambos no entra en una descripción textual. Por eso, no tenemos más que compartir el video: - si no visualizas el video haz clik aquí -



Texto inicial: Edith Gero
Artículo: Yahoo Noticias.
Imagen: www.therestauranton.com/blog

Comentarios

  1. Anónimo5:50 a.m.

    realmente me siento muy identificado con la enseñanza que nos deja el tema central, creo que junto con la madurez que vamos adquiriendo como personas nos vamos dando cuenta y otorgando la importancia que tienen las experiencias de vida que nos han marcado en mas de una oportunidad.

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