Afuera. Siempre buscamos que sean las circunstancias
externas las que cambien para que nuestro interior se acomode.
Pensamos que no seremos felices hasta que otros nos hagan
felices, que no estaremos bien por dentro si afuera sólo hay rabia, tensión, y problemas. Que las cosas sólo mejorarán cuando los demás cambien o el problema o la enfermedad terminen...
Adentro. Todo lo que realmente importa empieza y ocurre adentro. Es en ese lugar secreto interior dónde el
entendimiento, la verdad, la fe, la aceptación de las circunstancias que no podemos cambiar y los cambios que sí podemos implementar comienzan. Es en ese espacio
singular dónde estamos a solas pero no solos, porque Dios siempre morará en ese lugar esencial anhelando
que seamos dos allí y no uno solo que
espera (porque si de algo no tengo duda es que Él nos ha esperado desde
siempre).
Hay un lugar adentro de nosotros dónde late la llama eterna aguardando
que nos acerquemos a su fuego para que todo comience. Y nada puede iniciar sin
empezar justo en ese lugar, dónde es necesaria nuestra Presencia a solas con el
Creador. Si la solución, guía,
templanza, fuerza, sanidad, restauración, arrepentimiento, cambio, confesión,
alegría y paz no empiezan allí, tampoco encontrarán
continuidad siendo sólo ráfagas circunstanciales en nuestra vida.
Nos equivocamos al catalogar cada crisis y solución en lo
externo. Es a solas, entre Dios y
nosotros, dónde los quebrantos, derrotas, soluciones y victorias deben ser procesadas. No es casualidad
que las cartas de amor de Dios que llamamos Biblia terminen en un libro que
contiene una de las invitaciones más bellas que conozco a entrar en intimidad
con Dios (una por cierto permanente invitación a estar en Su Presencia a
solas)...
Cierra tus ojos y mira el cuadro que las palabras pintan en tu corazón. En vez de la lista de reproches,
en vez de llorar tanta angustia, en vez de vagar sin sentido, en vez de
atiborrar tus sentidos y emociones intentando en vano despegarte de la crisis. En vez de eso... abre la puerta para que Dios cene contigo. Él tiene
todo preparado para la ocasión, no es un simple café de amigos, te invita a una cena
íntima que como cita el Salmo 23 cuya mesa preparó con esmero mientras estabas en angustia, hay todo el espacio y el clima necesarios para que puedas abrir tu corazón frente
a tu Rey, encontrar el camino, y tener una luz de esperanza.
“Mira que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré, y cenaré con él, y él conmigo”.
Apocalipsis 3:20.
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Hermosa palabras Edith, desafortunadamente a veces el oscuro panorama de situaciones dificiles en mi caso solo me hacen llorar y llenarme de angustia al pensar que mi matrimonio se acabo que mi esposo esta a punto de irse que la relacion con mi hija es nula porque ella haya la razon a su papa asi no la tenga, rotas las relaciones de mi hijo con su papa por esta razon y mi hija con su unico hermano, Edith creo que Dios en su infinita misericordia debe hacer un milagro de restaueacion familiar. Saludos fraternales Colombia
ResponderBorrarMuchas gracias y sí busco en Dios su apoyo y me entrego a su amor.
ResponderBorrarBendiciones
Esto no puede ser casualidad, desde que abrí esta pagina. es como si me hubiesen visto por un hueco o yo les hubiese escrito....Esto tiene que ser Dios.....Estoy impresionada porque siempre escucho el Pastor decir que Dios le ha hablado....Siempre he querido saber como habla Dios a las personas. Efectivamente, tengo tanta necesidad de trabajar para el Señor y tener una relación intima con Él. y no se que pasa en mi y no tengo a quien confiar mis sentimientos. Tampoco se como manejar todo esto.....
ResponderBorrarJuana González no me has dejado un mail para contactarte. Si me escribes al facebook de Bahia Esperanza o al mail de consejería rompeelsilencio2@yahoo.com.ar te enviaré el plan de restauración y crecimiento que contiene la guia para aprender a escuchar la Voz de Dios. Saludos!
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