Dios no necesita perfectos, necesita dispuestos.
Tu vida fue diseñada con un propósito.
La imperfección y las derrotas, son la escuela que entrenará tu carácter para alcanzarlo.
Tu disponibilidad es un valor eterno que solo puedes ofrecer en esta breve vida.
Manos a la obra. Hoy no es tarde para empezar de nuevo, o algo nuevo.
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Texto: Edith Gero
Imagen: La ciudad junto al mar, by Foto Frontera
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