Límites


por Edith Gero

"Cuando ustedes digan "sí" sea realmente sí; y cuando digan "no", que sea no". (Mateo 5.37 NVI)

     Fuimos creados para saber lo que queremos, y para querer lo correcto.  El tema se reduce a volver a entender que es correcto y que no.
     Hemos hablado  acerca de decir “sí”  en “flores cerradas” reflexionando sobre la condición de apertura necesaria para que algo pueda llegar a la vida y quedarse. La apertura  es necesaria para que el corazón se involucre en lo que decidimos y de esa manera sigamos siendo una sola persona en todo. El artículo  motivó no pocas preguntas como sí seguirse abriendo cuando la  relación es aplastante, y presionante. Esta es una de las tantas situaciones en que no  debemos abrirnos.

     Hoy hablamos de decir “no”. De cuando no corresponde abrirse.
Nos abrimos al amor real, a la oportunidad correcta, a lo que nos permite crecer como personas, no a lo enfermo, ni a lo violento o a lo que denigra. 
Ahora, como siempre enseñamos, las situaciones tienen su equilibrio justo. No nos abrimos del todo ni a todo, y nunca deberíamos estar cerrados interiormente aunque el límite haya sido puesto. Porque los límites no cierran, delimitan los alcanzes de lo propio y lo ajeno.
 
     Conjuntamente a esto  hablaremos en los próximos días sobre enamorarse y como deberíamos enfrentar las pasiones y sentimientos que siempre llegan a la vida, dado que los "sí y no" encuentran su principal evidencia y fuente de conflictos en la relación de pareja. Pero, como siempre decimos, todo es uno, así que lo que aprendemos en un área podemos fácilmente llevarla a las demás. Poner límites sanos, restaurados, tener una escala de valores de base "no negociables" son temas imprescindibles en la vida para toda situación y decisión que a diario debemos enfrentar.

     Cuando yo aprendí esto mientras cursaba mi restauración, entendí que me era urgente una reevaluación. Desde entonces he aplicado mis nuevos límites a diario, y los he revaluado también a diario. Porque, la vida cambia y nos cambia también a diario.
Le he puesto límites claros al silencio por ejemplo y eso me obliga a "dar cuentas" para mantenerme transparente.
     Un día tomaron un nuevo gerente de marketing  en la excelente empresa donde trabajaba y luego de las entrevistas personales con cada uno para el famoso perfil vino  a mi sucursal y me enfrentó diciéndome que desde ese día debería manejar y firmar la parte de ventas en negro -sin factura-. Le dije que no lo haría. Contestó que me despedirían...
     Como siempre la decisión suele ser por lo correcto, o lo que nos dá dinero o poder, o ciertos beneficios.  Decidir por lo correcto suele traer problemas.
Levanté el teléfono y le expliqué al dueño de la firma que no podía ser honesta con el manejo de caja y  los clientes, y robar al fisco por otro lado. Le reafirmé que no lo haría. De lo menos que fui tratada es de idiota por no cobrar las jugosas comisiones de la tajada, Dios sabe la pelea interna que mantuve por dejar puesto el límite, yo necesitaba el dinero y el puesto, la custodia de mis hijos dependía de ello.

     Los "sí y no" son una consecuencia directa de donde tenemos colocados los límites, ya sé, nadie habla de eso, pero ahora no solo hablaremos sino que te invito  a revaluar  -empezando por ahora mismo- adonde están colocados tus límites, como guardas todo lo precioso que Dios ha puesto en tí y que tan dispuesto estás a protegerlo.
     Límte es la frontera de algo y lo que lo delimita y protege. El límite que las manos del alfarero dén a un trozo de arcilla lo hará una taza o un jarrón. Las fronteras delimitan el gobierno y territorio de un país. La piel es el límite del cuerpo y lo que protege su contenido, cuando  nos lastimamo, la sangre del interior se derrama por el limite roto. 

     En el alma pasa exactamente lo mismo. Los límites protegen nuestro interior como la puerta de nuestra casa guarda nuestra privacidad. 
El abuso, traición y demás conflictos producen un avasallamiento del límite  y su retracción a una zona inferior a la debida con la consecuente sensación de perdida  y la consciencia de la herida.
     Abuso significa justamente ab-uso, usar de más o romper el límite de algo.
Desde niños aprendemos límites, no tomar lo que no es nuestro, no mirar el novio de la amiga, ni querer el puesto del otro.  Pero el mundo caído en que vivimos  nos enseña a trasgredirlos casi tan rápido como a colocarlos. Este caótico fin de los tiempos nos nuestra una increible colección de roturas de límites donde trasgredir de pronto es lo deseable.
Respeto, ética, honor, palabra, fidelidad, permanencia son palabras oxidadas que la mayoría elude. 

     Cuando se rompe un limite por primera vez  y  se toca lo prohibido, lo no deseable lo ilegal, lo que Dios nos dijo "no"...eso nos contamina el alma y la vida entera.
Los animales que matan por primera vez, quedan "cebados"y necesitarán volver a matar.  Una vez que la persona golpea, roba, mira pornografía, le grita a su pareja, luego lo repetirá porque el límite se ha vencido. Y el que ha sido avasallado lo será una y otra vez.  Un "todo vale"queda establecido. Los limites ceden tanto en el que los practica como en quien los practica.

Entonces, los limites deben ser puestos de nuevo de una manera restaurada. 

     Entiendo (por haberlo vivido en carne propia) que la tarea de rexaminar los "sí y los no" y cada límite ayer y hoy es una tarea no menor. Pero, ineludible si quieres avanzar. 
No existen las fórmulas para alcanzar algo como les explicaré cuando hablemos en breve de dejar de catalogar. Cada ser humano es tan único como sus experiencias. Lo que es bueno para algunos puede ser veneno para otro y una bendición para el tercero. 
Reexaminar y recolocar límites es una tarea urgente e imprescindible para crecer y poder salir adelante. "El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener que compartir" -Efesios 4.28-
Proverbios 23 nos ordena no traspasar los linderos antiguos -respeto por los límites de las primeras enseñanzas-  Yo perdoné pero nuevos límites corectos fueron puestos, perdonar no es aceptar. Por lo tanto digo "no" a la violencia intrafamiliar.
Hablar no es gritar, -porque gritar significa que se ha perdido el control- por tanto digo sí a hablar y no a gritar.

     Concluimos con que los límites tanto sirven para abrirlos conscientemente dando la bienvenida a lo que esperamos como para cerrarlos protegiendo nuestro contenido y valores.  Hay zonas de las miles que son más urgentes para revisar en esto . Una mente limitada te traerá todo tipo de problemas, allí hay que expandirlos. Creer limitadamente de tí mismo cuando fuiste hecho a imagen de un Dios perfecto también limita toda tu vida. El amor no debiera ser limitado ni para darlo ni recibirlo, pero tal vez debas limitar  tu permanencia en una relación absurda ó enferma. 

     La bendición del Eterno Dios esté sobre tu vida mientras caminas hacia tu eternidad  y una fina llovizna comienza a caer aquí, recordándome que El dá semilla al que siembra y agua para un sano crecimiento.

Imagen: by JohnMiranda.com/vía www.bancodeimagenesgratuitas.com

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