“A primera vista”, filme basado en el ensayo “Ver o no ver” del antropólogo Oliver Sacks, es
una película para mirar con las retinas del alma más que con los ojos.
Esta es una propuesta diferente para el fin de semana:
ponerte cómodo con una taza de café y tu laptop o la pantalla que prefieras y ver la película, atreviéndote
a mirar adentro donde se esconden los verdaderos caminos de las personas. A veces de tanto andar por ellos encontramos la fuerza para evadir el
peso de la realidad visible físicamente,
y entonces podremos decidir tomar ese camino que realmente siga nuestro corazón.
Te propongo entonces una pausa reflexionando si vemos más
con los ojos abiertos o cerrados.
Esta también es una película sobre el amor y sus
dificultades que siempre pueden vencerse, porque el amor es la historia
del propósito de la vida. Vale la pena amar, o sea, vale penar por
ello.
Terminando el filme queda la impresión que veía más el no vidente que quien intentaba a toda costa que recuperara la vista. Las
costumbres humanas que todo lo rotulan empujan a tratar de cambiar al otro adecuándolo a parámetros
particulares. Sin embargo cada persona tiene un valor único así como está, y
todo cambio debe provenir de una decisión personal y no de una presión externa.
También es esta una película con un muestrario de fuertes contrastes.
La fuerte capacidad de mirar con el alma entera del no vidente y la discapacidad
emocional de la vidente. El siguiente
contraste es la mega Nueva York y el pueblo dónde aún puede oír el eco de la
lluvia. Otro se pregunta cuál es
la realidad si lo que vemos o lo que sentimos, lo que otros quieren para nosotros o eso que siento tan adentro pero no me atrevo a ver para no enfrentar el
cambio.
Así las escenas nos van llevando por todo un mundo de aparentes diferencias que al fin, no eran tales.
Ver con el corazón esta película es parar de pronto, y
recordar algunas cosas de esta vida que se nos pasan por alto en el ajetreo
diario. Conectados a mil aparatos pero desconectados de nosotros mismos. Nos
pasamos la mayor parte del día produciendo, haciendo, tocando teclas, o botones,
o pantallas interactivas. Creyendo que eso es todo.
Pero no hay límites para quien se atreve a ir más allá.
Como la inalcanzable línea del horizonte, lo que soñamos puede estar a
un paso de distancia, pero seguir en esa hipotética línea siempre yéndose,
poque nunca salvamos ese paso. Puedo estar tan lejos estando tan
cerca, y puedo estar cerca esntando lejos.
Ver por primera vez el mundo exterior puede ser tan traumático
como ver el interior, lo que veníamos negando se hace palpable y nos
altera la vida. Hace falta persistir para que las realidades se acomoden y podamos pasar a través de tales ajustes y alcanzar
lo que queremos. Permitir un tiempo para caminar esa distancia entre lo seguramente conocido a lo sorprendente e inquietante de lo desconocido
La infinita sabiduría del cielo ha puesto en nosotros opciones
solo accesibles si nos atrevemos a ver la vida con todo el ser.
Les dejo un link para ver la película completa, si no pueden
conseguirla en formato HD. Que la disfruten!.
Imagen: "Es aquí dónde se inician todos los sueñós", landscape, vía www.bigxy.com
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