En reacción.

   
     
     La tercera ley de Newton o Principio de acción-reacción dice que cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, éste ejerce sobre el primero una fuerza igual y de sentido opuesto.
Trayendo esto a la educación emocional cuando una persona reacciona gritando porque otra le grita, o lastima a otra persona arguyendo que primero fue lastimada, se le llama "estar en reacción".  Aplicando la ley citada, reaccionas de la misma manera (o mayor) en que fuiste agredido, presionado o lastimado. Para la generalidad esto es absolutamente normal y diario.  Pero tenemos este pequeño problema, Dios llama a esto venganza.

     Ahora, miremos las consecuencias de dejar que la acción-reacción prosiga su curso natural: dos personas inician una conversación. la persona A hace algunos reclamos a la B, B levanta el tono de voz excusándose en cosas que antes lo lastimaron de A, A responde levantando su voz un poco más reclamando que se le está gritando y que no se ha respondido el reclamo, B grita que él no está gritando y que la culpa la tiene A, y etc, etc, etc. Como una bola de nieve la discusión y las ofensas crecerán a límites a veces incontrolables. Conclusión: nadie gana, todos pierden, el reclamo no se escuchó ni se respondío, ambos quedan ofendidos y lastimados. La próxima vez que estas dos personas intenten arreglar otro conflicto tendrán una sumatoria peligrosa,  los reclamos anteriores no resueltos seguirán vigentes, y, el mayor peligro que puede surgir es que luego de un tiempo este modo de comunicación enfermo queda establecido como normal.
    
     "La respuesta blanda quita la ira. Más la palabra áspera hace subir el furor"(Prov.15).  Con este proverbio la Biblia  dá por sentado el principio que debemos aplicar  en lugar del de "reacción"cuando haya una "acción".  Nunca deja de asombrarme el exquisito conocimiento de Dios del alma humana, pues aunque sé conscientemente que Él es nuestro creador igual me maravilla su sutileza.  Cuando formó nuestras emociones Dios YA sabía como reaccionaríamos.  Lograr relacionarnos bién es algo que nos costará, son habilidades que deberemos aprehender (no aprender, sino aprehender = apropiarnos). Dar una palabra blanda frente al anojo es algo antinatural entonces que nos costará,  una decisión consciente que afectará todo nuestro dominio propio. Lo llamamos en restauración "trabajar desde la plataforma opuesta".

     Tengamos en cuenta  que responder desde la plataforma opuesta no significa pasividad ni permitir atropellos, sino implica una acción consciente de resolver el problema lo mejor posible. Bajar el tono de voz, responder amablemente, no asumir la ofensa son buenas medidas; también tomar un poco de aire si sentimos que estamos a punto de estallar. Luego de haber comenzado a procesar el tema podemos volver al conflicto con esa respuesta "blanda" y ver como llegamos al punto reclamado.         
     Porque el punto central de todo conflicto es que hay un reclamo (a veces muy postergado y por tanto muy profundo) y que todo conflicto debe estar orientado a ver como podemos resolverlo y no ver quien tiene razón.  Antes de  "reaccionar" la próxima vez recuerda que las discusiones no son para ganarlas, sino para llegar a la verdad, y recuerda también honrar al otro por sobre tí mismo. Encontrar quien tiene la razón y quien la culpa para nada ayuda al problema, mejor es mirar hacia adentro, no poner las relaciones en juego por ese orgullo personal que nos impide ceder, y darnos el lujo de perder, por amar más y mejor.  Si logramos bajar el nivel de la reacción,  la calma nos permtirá encontrar con el otro los puntos de contacto y aquellos en los que debemos trabajar para cambiar.


Imagen: Lago Atitlan, Guatemala, by www.bancodeimagenesgratis.com
Texto: Edith Gero

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