¿Quién empacó tu paracaídas?

Charles Plumb fue un piloto de jets de la US Navy en Vietnam. Después de 75 misiones de combate, su avión fue destruido por un misil tierra-aire. Plumb fue expulsado del avión y su paracaídas abrió y aterrizó en tierras enemigas. Fue capturado y pasó 6 años en una prisión comunista vietnamita. Charles sobrevivió la prueba y ahora dicta lecciones aprendidas de su experiencia. Un día, cuando Plumb y su esposa estaban sentados en un restaurante, un hombre en otra mesa se acercó y le dijo: - ¡Tú eres Plumb! Tú piloteabas aviones caza en Vietnam desde el portaviones "Kitty Hawk". ¡Tú fuiste derribado! - ¿Cómo es posible que sepas esto? -preguntó Plumb. - Yo empaqué tu paracaídas. -le contestó el hombre. Plumb se quedó con la boca abierta por la sorpresa, y agradecido. El hombre, entonces, extendió su mano. - ¡Me imagino que funcionó! - ¡Seguro que lo hizo! Si tu paracaídas no hubiese funcionado, no estaría aquí hoy. Plumb no pudo dormir esa noche, pensando en aquel hombre, preguntándose: "Cuántas veces lo vi en el portaaviones, y no le dije ni los buenos días, porque yo era un arrogante piloto y él era un humilde marinero..." Pensó también en las horas que ese marinero pasaba en las bodegas del barco enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de alguien a quien no conocía. Ahora, Plumb al comenzar sus conferencias pregunta a su audiencia: "¿Quién empaca tu paracaídas?" Cada uno tiene a alguien que le provee lo que necesita para pasar el día. Plumb también puntualiza que él necesitó muchos tipos de paracaídas cuando su avión fue derribado sobre tierra enemiga, necesitó su paracaídas físico, su paracaídas mental, su paracaídas emocional, y su paracaídas espiritual. Charles Plumb recurrió a todos estos soportes antes de lograr la libertad y seguridad. Algunas veces en los desafíos diarios que la vida nos da, descuidamos lo que es realmente importante. Nosotros podemos fallar en decir "hola", "por favor" o "gracias", felicitar a alguien por algo maravilloso que le haya pasado, dar un cumplido o simplemente hacer algo amable sin ninguna razón. Durante este año que comienza, procuremos reconocer a las personas que empacan nuestro paracaídas. Y, para terminar, sólo por curiosidad y para comenzar un lindo dialogo, cuentame... quien empaca tu paracaídas???

Para el amigo que Dios me regaló en mi último desierto y me seguía empecinado en llevarme agua  y en instruirme acerca del desierto. Gracias!.  Para todos los que a diario pasan por mis espacios a dejarme parte de su riqueza interior, gracias!. Para los que saben que no soy tan fuerte y me regalan su fuerza , cuidado y oraciones. Gracias! Para mi familia que me mima siempre , gracias!. Para mis increibles amigos, que son capaces de dar todo.Gracias!!! Y a Ti, mi Dios, no sé como agradecerte por dirigir cada día a quien empaca mis paracaidas, y encargarte finalmente, de mi vida cada segundo. Gracias mi Señor. No son suficientes las palabras  , por eso elegiré vivir agradecida como una actitud diaria.
por Edith

Comentarios