Canción de invierno


 
En pobre cabaña sentados al fuego
los dos viejecitos hilvanan recuerdos.
Hilvanan recuerdos de días pasados,
más dulces por idos, más bellos por gratos.

En tanto la nieve cayendo y cayendo,
les hace más gratos la casa y el fuego.
¡Recuerdos queridos! ¡Recuerdos amados!
¡Caros siendo idos! ¡Bellos por lejanos!

¿Recuerdas Anita? Recuerdo Guillermo.
¡Qué bella la vida! ¡Y qué bueno el Cielo!
¿Recuerdas Anita, que bueno fue mayo?
¿Recuerdas Guillermo, que hermoso verano?
¿Recuerdas querida, que otoño más lleno?
¿Te das cuenta amado, que sano el invierno?
¡Qué mayo más bello! ¡Qué hermoso verano!
¡Qué otoño más lleno! ¡Qué invierno más sano!

¡Qué huerto florido, qué mies en los campos,
Qué hermoso granero, qué dulce resguardo!
En esta cabaña, un trozo de cielo,
con su paz, su calma, su mesa y su fuego.

Y más que otra cosa, Señor tu presencia,
que fue nuestro gozo y nuestra riqueza.
¡Qué bella la noche si hay un amigo
que endulce las hieles y trace el camino!
Que limpie las mentes y sane los pechos heridos.

¿Oramos, Anita? ¡Sí, ora, Guillermo!
"Oh Dios, nuestro Padre, Oh Dios de clemencia,
de tus dos amados recibe esta ofrenda.
Con labios sinceros y humildes decimos:
¡Qué grande es tu gracia, y fiel tu cariño!
Señor, cuántas veces nos fuiste en la vida
la Roca y Escudo que dijo el salmista.
Y hoy que miramos llegado el invierno,
¡Qué bella esta casa! ¡Qué bueno este fuego!
¡Viniste tan pronto a ser nuestro amigo!
¡Hiciste tan bello al mayo florido!
Llenaste de fuerza y luz el verano,
también nuestro otoño bendijo tu mano.

A tí, nuestro amigo, debemos tal dicha;
Tú mismo hiciste tan bellos los días.
¡Verdad! Hubo en ellos dolor y trabajo,
Nos vimos heridos y aun traicionados.
Mas siempre estuviste Señor ¡tan cercano!
¡Te vimos tan tierno, tan fiel y tan sabio!

¿Y ahora? Sí, ahora, ¿después de este fuego,
después de esta casa y estos recuerdos?
Después de esta nieve, después de este invierno
después de este salmo de gozo tan lleno.
¡Después! caro amigo, ¡Qué bien lo sabemos!
¡Tu dulce llamada, Tú mismo y tu Cielo!

Recibe las gracias de tus dos amados
por tu amor sublime, por tu amor eterno.
Amen, Dios de gracia. Amen, Dios bendito.
Amen, nuestro Padre. Amen, nuestro Amigo.

Desde España un querido amigo, el Pr. Samuel Chamorro nos comparte este bello poema . Que bueno es ser agradecido, conforme pasa la vida, por tanto que recibmos en el mero hecho de la vida misma.
Gracias Samuel, por recordarnos el mirar atrás solo para dar gracias, y recordar cuan bueno ha sido Dios con nosotros. Edith
                                              

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