De mendigo a millonario



La historia de Jerry Winkler probablemente sea una de las fantasías más recurrentes de la historia de la humanidad, que en este caso se volvió real.
El hombre de 28 años vívía en las calles, hasta que se enteró que era único hijo y heredero de un multimillonario empresario que había mantenido un affaire con su madre.
Producto de esa relación jefe-empleada nació Jerry, aunque nunca lo supo hasta hoy. De hecho su vida era bastante triste y desafortunada hasta que todo cambió.
Jerry perdió a su madre a causa de un tumor cerebral, y por esto fue enviado a vivir con una familia sustituta, cuyo jefe –un hombre verdaderamente conflictivo– Jerry creyó su padre biológico durante muchos años.
Ambos mantuvieron una relación bastante traumática, y todo colapsó finalmente el día en que –tras una pelea– el padrastro confesó a Jerry que no era quien creía. "Fue como recibir un golpe", relata el ex-mendigo.
Jerry, quien había llegado a incurrir en el delito y las drogas, se entregó a la tarea de hallar a su verdadero padre. Así descubrió que su progenitora había tenido un affaire con el dueño de la empresa, llamado Alfred Winkler.
"Uno de mis nombres era Alfred, así que el dato era prometedor", dice Jerry. Luego, halló un artículo publicado en 2006 en el cual se entrevistaba a su supesto padre. Entonces se contactó con el periodista autor de dicho artículo quien, sólo al verlo le dijo que se parecía mucho a su entrevistado.
Las sospechas se confirmaron con la prueba de ADN, que dio con un 99,9% de certeza que Alfred era hijo de Winkler.
El mismo, recientemente fallecido, había delegado toda su fortuna a una fundación, ya que no poseía herederos. Pero al presentar el caso, la justicia hizo lugar al pedido de Jerry y le concedió "una parte" que para él "ya es mucho".
Cuando se le pregunta qué va a hacer ahora con el dinero, bromea "me lo voy a jugar todo a la ruleta". Pero, en rigor de verdad, creó una fundación para jóvenes de la calle.
fuente: Infobae.com

Así nos ocurre a tantas personas, que vivimos vidas de miseria y desamor, teniendo un Padre que siempre será extremadamente amoroso y cuyos graneros están llenos de abundancia. 
Hijos de un Padre extraordinariamente rico, que nos hizo a Su imagen y semejanza, vamos golpeando de pared en pared , dandole la espalda, lejos de casa, lejos de todo lo que El preparó para nosotros por medio de Su increible Hijo. 

Cada uno de nosotros cuenta en su espíritu con otro  ADN,  original y divino, que contiene nuestra identidad verdadera, nuestra fortaleza en Dios, nuestra herencia, y nuestro acceso a una vida eternamente con El, de plena abundancia.
La Biblia , no llama "vida eterna" a algo por venir, sino a una vida presente  de plenitud que podemos adquirir igual que nuestra herencia por medio del espíritu de adopción.
Tal vez no lleguemos a tener muchas posesiones en esta corta vida terrenal, pero al reconciliarnos con Dios mediante Su Hijo adquirimos la esperanza de que estaremos bién en nuestra eternidad.
Dios nos hizo para ser su familia, para ser sus hijos, y ha preparado lo mejor para nosotros. De nuestra decisión depende si terminamos este día, con El o sin El.

El Cielo está a una oración de distancia. ¿La has hecho?. Edith


Comentarios