Fragmentos



Anochece en una sinfonía naranja sobre una ciudad callada en la víspera de elecciones. El silencio de la  tarde calma me hace pensar en  la febril actividad que habrá mañana y como la vida es así, calmas, tormentas, residuos de tormentas.

Tiempos de edificar.  Tiempos de derribar.
Tiempos de dividirnos. Tiempos de reconstuirnos.
Tiempos de olvidarnos. Tiempos de recuperarnos. 

El excelente video-arte de abajo que esta tarde compartían mi hijo y mi sobrino, fotográfos ambos, me llevó a pensar sobre nuestra realidad y el camino por el que Dios me ha venido trayendo.

Gran parte de nuestra vida vamos fragmentándonos. Y esos fragmentos, de otros en nosotros, o nuestros en otros, dejan una profunda huella incompleta en nuestra memoria.  Hay una memoria por recuperar, no hablo de recuerdos, y menos de los dolorosos, sino que justamente, cuando sanamos esos recuerdos, cuando vamos concientemente al pasado a trabajar como debemos en él. Luego, por la eterna fidelidad de Dios, la memoria, la buena memoria, se recupera.
La memoria de la felicidad, la memoria de la ternura, la memoria de la miel de la mañana que vive bajo nuestros fragmentos.

Hace once años, con paciencia, dedicación, obediencia y arduo trabajo me dispuse a tomar esos pedazos de algo que una vez fue mi vida, y ponerlos delante de Dios en una súplica obstinada por recuperarme.  Hasta el día de hoy lo sigo haciendo, y creo que la foto real no estará completa hasta que yo me encuentre con mi Creador, pero entremedio he visto algunas cosas sorprendentes.

He visto que cuando me recuperé supe que yo era la misma, la niña, la joven, la mujer, todas se unieron y eran la misma persona.

Ví marcas, que se me habian pasado por alto, que otros dejaron de mí y yo dejé en otros. Marcas que tal vez han sido puestas como señales desde el principio, solo que yo no supe verlas. Un entrelazamiento con ciertas vidas, con ciertas actividades. No sé si es destino, llamado, o simplemente la vida. Pero las señales están si sé mirar con detenimiento.

El llamado de Dios a nuestras vidas siempre es por unidad. Un día en la vida es bueno detenerse a  oír el grito interno por unidad, y buscar los fragmentos, y dejar de perdernos, y darnos a la tarea de recuperar todo aquello que la vida señaló como piezas adyacentes en este gran rompecabezas.

Antes de ponerme en esta tarea de armar los fragmentos, me sentía una pieza sola, tan sola en el universo... Pero cuando empezé a trabajar por armarlo, me dí cuenta que debía meterme en otras historias para rearmar la mía. Y bajé las murallas y comenzé a acercarme a otros buscándome...

De pronto  fue como si una mano invisible empezara a poner a mi alrededor muchas piezas, y de pronto no me ví más sola. Y ví también que las otras piezas sentian cosas muy parecidas a las mías, y como yo hablaba de ellas, a las demás también les hacía bién y estabamos más unidos, por dentro y por fuera. Así es que el rompecabezas se fue armando bajo la guia amorosa de Aquel que hizo todas las cosas.
Me encontré, y me publiqué encontrada, para no seguir fragmentada.

Llamadas por este inusual agrupamiento otras piezas cuyos huecos eran notorios, tuvieron el valor de buscar su lugar también  Al comienzo produce un poco de incomodidad perder ese espacio de soledad y soportar el  roce del encastre. Pero luego, veíamos que al estar encastrados, de repente uno podia descansar y bajar la guardia. Las piezas se sostienen unas con otras.  Me reconozco en mi parte, en mi identidad, en mi lugar. Me reconozco en aquellos que he recuperado, y en los que no pude recuperar. Mi memoria ha vuelto, con todos sus desafíos de atender las señales y hacer de ellas un presente, o volver a sumergirlas en el olvido.

 Por  un pequeño momento he recuperado la memoria de aquellas mañanas en el parque cuando mi abuelo centrifugaba la miel  y al ver mi carita de niña maravillada, quebraba un pedazo del dulce panal y me lo daba como un tesoro .  Ahora mismo, mientras cae la tarde, puedo cerrrar mis ojos y ver  con la retina del alma, plasmada en mi  memoria, la dorada miel de la mañana .

"Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará...
Ahora conozco en parte: pero entonces conoceré como fui conocido"
1 de Corintios 13



Ver corto "Fragments" by Nikon 
Imagen: 'Untitled Mosaic' © Michael Jastremski, en OpenPhoto
Texto: Edith Gero

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