“Diga el débil: ¡fuerte soy!” Joel 3.10.
Mientras la desesperación te gana y el llanto y la
impotencia aparecen anegándote de lluvia el alma, algo increíble pasa dentro
tuyo que ni percibes hasta mucho tiempo despúes.
Mientras lloras el cuchillo que se ha clavado en el
corazón y tratas de encontrar razones para la sinrazón, Dios forma en ti un
carácter eterno al que añade fortaleza.
No entiendes el proceso de la resiliencia divina, porque
el gris de la lluvia te ha tapado el horizonte, pero en ti algo mejor se forma.
Dios nos dijo a través de Salomón que el corazón de los sabios está en la casa del luto, y el corazón de los necios en la casa de alegría. La felicidad es
buena para disminuir el stress y tener un pequeño descanso, pero nos aligera
tanto el alma que nos vamos a la superficie, donde no hay profundidad sino solo
sentimiento.
El dolor nos permite crecer, como dice la biblia ser
refinados como el oro. La fragua duele, sí que duele; pero en ella se forja la
espada y el instrumento correcto se refina desde lo impuro.
Mil veces pensamos que ya no podremos, que ya las fuerzas no nos alcanzan y que el tiempo es implacable. Pero en el próximo momento de desánimo piensa en el "poder en la debilidad" uno de mis mensajes preferidos. Mientras llego a comprender que Dios está trabajando en mi vida y su Mano perfecta no se desviará un milímetro, puedo recordar que mi Señor en su momento de mayor debilidad logró el mayor triunfo de la historia universal. Entonces puedo rendirme, alguien peleará mis batallas cuando mi fuerza decae, mi debilidad es cubierta por las alas de Su maravilloso poder. No necesito vencer todo, El ya venció. No necesito apurarme tanto por salir del desierto, porque es mi escuela, la Universidad del Espíritu donde lo que no entiendo se forma de una manera precisa.
Pronto llegará lo que ya no tendrá fin y necesitamos
prepararnos para ello. No iríamos a otro país a vivir sin saber lo que más
pudiéramos de tal lugar. Prepara tu eternidad, atesora en el tiempo de dolor lo
que Dios está haciendo en tu vida. Pon pié sobre La Roca, afirma tu espada en
ella, y aguanta estoico el vendaval, sabiendo que Dios jamas te abandonará, y
no te dejará caer tampoco.
Diga el débil, fuerte soy…
por Edith Gero
Imagen: www.bigxy.com
Comentarios
Publicar un comentario