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 Un faro en la tormenta




Bahía Esperanza está situada al norte de la península antártica. Con vientos de 200 Km. por hora y una temperatura que media los 20º bajo cero, recibió ese nombre porque allí salvó su vida una expedición sueca cuyo barco naufragó quedando aprisionado por el hielo.

En los tiempos inhóspitos y desolados, hay esperanza si la buscamos con un corazón abierto.

Navegar por la vida a veces se vuelve difícil. Los caminos parecen terminar en puntos ciegos, los dolores pasados no cierran y amenazan estar siempre ahí, estremeciendo la piel del alma con sus ráfagas heladas de angustia. Las preguntas nos invaden sin permiso cuando intentamos dormir...

Si te encuentras en ese tiempo, este sitio pretende ser un refugio donde anclar sin permiso de admisión, una bahía amable donde hacer un alto y volver a encontrar el camino, un lugar donde ser alentado mientras dure la tormenta. Bahía Esperanza tiene un faro en medio de la nada, sobre una roca gris y muerta, está el Faro Esperanza. Su luz ha guiado y salvado las vidas de tantos navegantes en un lugar peligroso, dónde las aguas de dos océanos chocan salvajes entre sí.

Esta bahía también tiene un faro. Se llama Jesús. Su luz ha guiado los destinos de millones de personas desde la noche más oscura hacia un nuevo amanecer, desde las puertas de la muerte hasta la vida, desde el pozo más profundo a caminar bajo Sus alas de amor.

Este mundo, nuestro hogar, a veces es muy inhóspito para las personas que lo habitamos. Como las olas enfurecidas de una tormenta en alta mar, las situaciones se presentan una tras otra, amenazando hundirnos. Descuido, rechazo, abuso, violencia, suicidios, depresión, enfermedad, pobreza, divorcio, llegan a nuestra vida sin anunciarse y nos dejan sumidos en el dolor y la desesperanza. Débiles y sin rumbo, si logramos seguir, anestesiamos el dolor y avanzamos como autómatas.
Ya hace tanto que no vemos el sol… Ya hace tanto que olvidamos como reír…

Jesús tiene algo que decir a todas nuestras muertes. El tiene algo que decir al abuso, al suicidio, a la miseria, a la angustia.
El camino de salida tiene Su Nombre. La ruta de la sanidad comienza por abrirle nuestro corazón.
Si tú decides hoy recibirle en tu corazón, Su dulce voz te guiará a través de la peor tormenta y calmará los vientos, porque El es el camino, la verdad y la vida.
Si ya has perdido la esperanza, prueba con Jesús. Dale una oportunidad a la vida, poniéndote bajo Su cuidado eterno y amoroso.
Tal vez alguien te maltrató, tal vez alguien te descuidó, tal vez alguien te dañó. Y las marcas parecen indelebles en tu corazón. Pero yo puedo asegurarte, que Jesús puede sanar esas marcas, y hacer de nuevo tu corazón.
Su amor derrota el sufrimiento, rompiendo las cadenas que aprisionan nuestro corazón. La noche más oscura se rinde ante Su luz, que va en aumento como la mañana, hasta que el día es perfecto.

Y si un día le conociste, pero igual perdiste el camino, y le diste la espalda. Quiero que sepas que El jamás te olvidó, que siempre guarda tu nombre en su precioso corazón. Y que no ha dejado de esperarte. Con los brazos abiertos, El espera, que tan solo te detengas, te des la vuelta, y te rindas a su abrazo de amor.

Hoy puedes encontrarte de nuevo con la vida y la esperanza, haciendo conmigo esta sencilla oración. Estos minutos, pueden salvar tu vida, date la oportunidad. Vale la pena. Recuerda, Dios, está a una oración de distancia, tan cerca como eso.

“Amado Padre, tú amaste tanto al mundo que diste a tu único Hijo para morir por nuestros pecados, para que todo aquel que en Él crea no se pierda, sino que reciba vida eterna. Tu palabra nos dice que somos salvos por gracia a través de la fe que es un regalo tuyo. Yo creo y confieso que Jesucristo es tu Hijo, el Salvador de este mundo, Yo creo que El murió en la cruz por mí y que derramó Su sangre para pagar el precio de mis pecados y lavarme de ellos. Yo creo que Jesucristo resucitó de entre los muertos y ahora reina a la diestra del Padre. Ahora te pido que perdones mis pecados y te invito a que reines en mi vida. Confieso que Jesús es mi Señor y de acuerdo a tu Palabra tengo fé de que soy salvo y pasaré a la eternidad contigo ¡Gracias Padre! en el precioso Nombre de Jesús. Amén.”

Si has hecho esta oración, ó necesitas ayuda por favor, escríbenos, estamos para servirte y ayudarte.

Edith  Gero
bahiaesperanza@gmail.com
www.bahiaesperanza.blogspot.com
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Rompe el silencio



La mañana es tibia y hermosa. Detrás de los ventanales puedo adivinar la fragancia de las flores despertando de su sueño de invierno. El día respira una belleza cálida y aletargada, dejo que mis ojos se llenan de luz y color mientras mi corazón agradece en silencio...No siempre pude percibir la belleza, en mi tiempo de muerte fui indiferente a todo lo que no fuera la oscuridad en mi interior.

Cuando el quebranto toca nuestras vidas, nos cerramos al contacto exterior. El contacto duele y por tanto evitamos toda conexión con las personas. Nuestras vidas se tornan grises, la gente nos rehúye, y el rechazo aumenta la necesidad de aislarnos emocionalmente más y más. El sol brilla demasiado, las luces de una fiesta también. Evitamos salir salvo necesidad. El exterior y las personas, se tornan una amenaza.

El silencio crece y crece. Como el cáncer. Como una hiedra oscura, aprisiona el alma.

Era una mañana tan bella como la de hoy. Un conocido árbitro de fútbol despidió a su madre con una sonrisa en Buenos Aires. Joven y exitoso, parecía que la vida le sonreía.
Tomó un avión a Córdoba, y un taxi desde el aeropuerto hasta el parque.
Lentamente subió las escaleras de piedra, aspiró el aroma de las cientos de rosas abriéndose al sol, se sentó en un banco, y se disparó en la cabeza. Un certero tiro se llevo el secreto de su silencio, cargado de un dolor desconocido.

Recuerdo que yo estaba trabajando mientras escuché la noticia. Y solo logré pensar “si él hubiera podido hablar de lo que le pasaba, tal vez no lo hubiera hecho”.

Todo mi proceso de mi restauración estuvo ligado a esto: Romper el silencio de mi interior.
Confrontar lo que yo creía mi verdad interior con la mirada de otras personas. Hablar, para permitir que Dios me hablara.

Luego de 20 años de silencio, destapar el pozo oscuro no fue fácil. Mis primeras palabras fueron un grito desesperado mezclado con lágrimas que no lograba controlar. Creo que nadie entendió lo que yo decía. Menos mal que Dios estaba ahí. Todas mis siguientes “confesiones” fueron inconexas, llenas de vergüenza. Un desastre.
Yo me creía un cero a la izquierda, y explicitarlo en palabras fue peor. Creo que agregué otro cero a mi sentimiento de inferioridad.

Pero el milagro ocurrió. La tapa se quitó. Y un rayo de luz iluminó el desastre.
Dios tomando control.


Querido lector permíteme explicar en palabras, no técnicas sino de mi experiencia de años tratando con los recuerdos de personas, lo que ocurre en el reino del silencio: Cuando una herida se produce el tiempo termina por enseñarnos a vivir con el dolor, pero en algún lugar el recuerdo se ha grabado como en una memoria invisible, dónde uno a uno los recuerdos se suman y guardan en silencio. Como en una cómoda antigua, toman lugar en diferentes cajones. Todo lo que hay en ellos está en oscuridad y silencio.

A veces hacemos tibios intentos de abrir un cajón, pero el rechazo exterior nos retrae la mano. 

Volvemos a intentarlo, pero todos quieren hablar, nadie escuchar...

Pensamientos recurrentes se fortalecen en nuestra mente determinando patrones de pensamiento y de conducta “a nadie le interesa lo que tengo para contar, ni Dios me escucha” “no puedo hablar de esto, de esto no se habla,” “no hay salida, no la hay”, "tengo que mentir y callar para ser aceptado".

Los siguientes recuerdos dolorosos solo pasan a engrosar la lista de mi costumbre de silencio y oscuridad, como no los veo me miento diciendo que no están, que el tiempo “todo lo cura” y sigo adelante, anestesiada con mi propia mentira. El tiempo pasa y empiezo a no entender porque los recuerdos vuelven, vez tras vez, y tomándome por sorpresa asaltan mi alma con su frío helado, y sus sombras oscuras. En el silencio de nuestro diálogo interno, nosotros mismos afirmamos la oscuridad y el enemigo de nuestras almas toma lugar. El silencio trae sus aliados, depresión, angustia, enfermedad, ira, muerte….

“Dios es luz y no hay ninguna oscuridad en El.” 1º de Juan 1.5

Cuando tú hablas, “sacas a luz” lo que estaba guardado. Una transferencia de reino de produce. Del gobierno de las tinieblas pasa al gobierno de la luz. Cuando la luz entra, el Señorío de Cristo sobre la situación está a la puerta de tu vida. Cosas inexplicables empiezan a suceder a partir de ese momento. Las nuevas leyes del nuevo gobierno se aplican automáticamente. Y lo único que tienes que hacer para ello, es romper el silencio.

Ahora, el tema crucial es que no es de cualquier manera, ni con cualquier persona, cuida con quién expones el corazón. Por ejemplo romper el silencio con un amigo tal vez te aliviará un poco, pero no traerá una verdadera solución al problema. La palabra de Dios nos trae las herramientas para romper el silencio: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados” Santiago 5.16

1- CONFESION. La confesión no es una charla de café. La confesión es un acto donde conscientemente haces pública tu verdad interior guardada.

2- UNOS A OTROS. Está hablando de cristianos, y de cristianos maduros. Aquí debo agregar que la persona que me está escuchando, debe ser consciente de lo que está sucediendo, y también debe conocer y practicar la ética del secreto de confesión de. Cabe aclarar que debido a la aguda imperfección de que padecemos todos los seres humanos, pueden filtrarse cosas, pero mientras ambas personas sean conscientes de lo que hacen, y estén en la actitud de permitir que Dios medie en el asunto, Él obrará igual aunque la confesión se filtre incorrectamente a otros.
En una palabra, busca primero que la persona que te escuche sea un cristiano maduro en la fe. Si buscas en el personal de salud mental, asegúrate primero que tenga a Jesús en su corazón y que el centro de su consejería sea Cristo y su palabra.
El secreto de confesión tiene excepciones de las cuales debe informarse a la persona aconsejada: Cuando lo que vamos a traer a luz involucra un delito (violencia familiar, abuso sexual de un familiar, corrupción de un menor, fraude, etc.) también debe ser hablado con las autoridades que correspondan. Unas persona que sufre violencia o abuso de cualquier tipo necesita comprender durante el proceso de consejería que debe exponer su problema frente a las autoridades que correspondan a fin de aprender como puede ser protegida de ello, y obtener la ayuda necesaria para romper el círculo del abuso.

3-ORAD UNOS POR OTROS. Vuelve a presentar un requisito básico de la sanidad. Tener a Jesús en el corazón, y presentar todo problema en oración al Señor para que el medie en el asunto.
No hay restauración posible sin Cristo, y sin oración en el medio. Todo lo que hagamos, debemos hacerlo en oración.

4-PARA QUE SEAIS SANADOS. El fin del versículo nos promete ver nuestras heridas sanadas.

“Porque NADA hay encubierto, que no haya de descubrirse, ni oculto, que no haya de saberse.
Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, A LA LUZ SE OIRA; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas”(Lc 12.2-3)

Tarde ó temprano todo se sabrá, Dios lo prometió, pero hasta entonces podemos tomar hoy la decisión de confrontar frente a otros nuestra realidad interior. Hoy tienes la oportunidad de asumir el desafío de abrir tu vida y emprender el sano camino de una actitud transparente, acostumbrándote a dar cuentas del estado de tu corazón.
Te animo a romper el silencio. Date una oportunidad más. No es tarde aún.
Date la oportunidad de poder ver, la belleza de la vida que se te ha regalado.
Te aseguro, que puedes lograrlo. Por favor, solo inténtalo.
Con amor,
Edith

bahiaesperanza@gmail.com
Instagram y Facebook @bahiaesperanzared

Texto: Edith Gero
Imágenes: Pixabay


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