El largo camino de regreso al hogar: Mi Historia
A las memorias de esperanza que laten bajo las alas del Eterno Dios,
Llueve suavemente sobre el último día de febrero del 2012 mientras termino de reescribir mi historia y paso una vez mas por la largas dudas que anteceden a exponerla. El aire fresco y fragante trae el aroma a tierra húmeda y hojas felices. Nada es casual en la vida sino causal. Mi vida ha ido de tormenta en tormenta y no es casual para mí que hoy llueva, ni que sea el día extraordinario de un año bisiesto. Los tiempos sobre la vida son así, alcanzan su madurez en algún momento, a veces especial e irrepetible, "todo tiene su tiempo 2012" reza el almanaque que mi hija me regaló.
La lluvia trae sus días grises y me ha acompañado bien en el dificil trance de terminar estas líneas, pero también marca el fin de la sequia y el desierto. La lluvia pronostica un sano crecimiento, buenas cosechas y detrás de las nubes oscuras siempre late al arco iris sellando la eterna promesa.
Hoy como hace doce años cuando publiqué por primera vez mi historia Dios sigue siendo fiel. Recuerdo las dudas, la verguenza y el temor que me acompañaron para aquel entonces. La decisión me traía hacía semanas sin dormir... Yo venía de una educación que defendía en extremo los límites de la privacidad personal, los problemas de casa terminaban en casa, no se ventilaban afuera. Sin embargo la justicia y todos me habían indicado que eso exactamente era lo primero por hacer, darlo a luz, hablarlo; habría menor peligro para mi vida si muchos conocían lo que pasaba me recalcaban. Y si en mí había resultado ¿podía yo darme el lujo de callar y privar a las personas de poder alcanzar su propia libertad? Decidí que no, que el costo ya habia sido pagado con creces hace dos mil años. Así que la publiqué.
Admito que cuando el Grupo Strang la incluyó en su conocida revista me produjo una enorme desazón saberme en los estantes de las librerías. La verguenza como fruto del abuso grave es algo que se arrastra se quiera o no por mucho tiempo. Pero la Gracia inefable de Dios -según la describe sabiamente un amigo- ha cubierto eso también suavizándola hasta para mi propia autoexigencia (lo más complicado de tratar como siempre es a uno mismo).
Llueve entonces también sobre mi alma a medida que mi mirada vuelve atrás en el tiempo tratando en vano que no me pertenezca...
Creo que es innato en el ser humano escapar del horror que me atrevo a exponer una vez más solo por amor a mis semejantes, honrando la memoria de todas las mujeres que según la fria estadística han sido asesinadas mientras escribo.
Soy Edith Gero y esta es mi autobiografía. Yo y mis tres hijos somos sobrevivientes de la tragedia del naufragio al que nos llevó el abuso y la violencia familiar. Rescatados por un Cielo amoroso de las aguas heladas y llevados a nuevas playas donde hoy podemos habitar en paz.
Si estás pasando por una etapa difícil, te animo a creer que hay una salida. Yo la encontré, hay luz en la noche más oscura. Estoy segura que tú lo lograrás también....
Comentarios
Publicar un comentario