Cocinar con el corazón

    Ramen es la versión japonesa de una sopa de fideos originaria de China, que lleva brotes de bambú, carne, pescado y su característica son unos fideos que se estiran y vuelven a cortar muchísimas veces  para lograr unos fideos finísimos.  En los 90 el Ramen se convirtió en un boom y un fenómeno social, donde los restaurantes se disputaban  hacer la mejor sopa,  puntuándose de acuerdo a sus efectos en las personas que lo comían.
     La película "The Ramen Girl" es una película que  enseña a cocinar con el corazón.

     En su adiestramiento para lograr la sopa perfecta, la protagonista  estadounidense, fría y cerebral, debe aprender de su sensei (maestro) a involucrar el corazón, y aún a sazonar con sus emociones lo que cocina.
     Con todos los ingredientes, y tiempos perfectamente asimilados, ella no logra el plato perfecto, porque no puede conectar la  mente y el corazón. Hasta que la sabia anciana dónde la lleva el sensei  le enseña  que cada plato, sea una ofrenda de amor. Entonces, unidos mente y corazón, ofrecen en ese regalo de amor, el espíritu correcto de la comida.
     Hoy hablamos del amor que debe estar presente en todo lo que hacemos. Y que solo mediante él, el espíritu vendrá. Recuerda, amor, la ley mayor.

     El tecnicismo sin amor, es vacío. La verdad sin amor lastima diría un gran amigo. Y un plato de sopa sin amor, será insípido.
     Para amar, para tener familia, para cocinar, para perdonar, para tener ganas de seguir, la mente y el corazón deben ir asociados en todo lo que hago, y el espíritu debe reinar sobre ambos.

     Fruto de mi historia de abuso donde la mesa era el escenario de las peleas,  yo llegué a odiar la cocina . Pero Dios es fiel y amoroso, y cuando fui restaurada, aprendimos a reunirnos como familia, como amigos, alrededor de la comida servida con amor, y disfrutar. Generalmente me piden a mí que bendiga los alimentos, y suelo pedir una bendición especial por quienes amo, aparte de agradecer los alimentos. A veces alguien llora cuando lo hago, luego reímos. Para mí el amor, no tiene sentido sin las personas.  Cocinar sin amor  tampoco.
     Hoy para mí cocinar es amar de otra manera. Hace unos días estaba triste y normalmente cuando lo estoy no tengo ganas de cocinar. Pero esa noche, cociné una tarta especial para mi hijo.  Y mi tristeza se mezcló con su sonrisa de placer, y ya no estuve triste.

     La Biblia dice que la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitamos somos de Dios. Creo que Dios creó la comida para que compartiéramos amor con otros, y en medio de las urgencias nos detenemos para tomar tiempo y escuchar un momento a otros.  Creo también que la humanidad ha llegado muy lejos en su anhelo de perfección y grandes tecnologías y  negocios increibles, pero ha perdido la capacidad primera de disfrutar de los demás y de bajar las barreras para ser capaz de estar, con los demás.
      Esta semana, cada vez que comas, detén tu carrera, conecta tu mente con tu corazón, ábrete a que el Espíritu sople en tu vida, e intenta no comer solo, y servirle a alguien  amor en un plato de sopa.



video: "The Ramen Girl", enseñanza para Haiku
Texto: Edith Gero

Comentarios

  1. Anónimo12:08 a.m.

    Genial, agregarle Amor a atodo lo que hagamos, siempre nos harà especiales.

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  2. Gracias por compartir. Sí, tienes razón, es el amor lo que nos hace especiales.

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